Por Víctor Octavio García
* Miguel Antonio Olachea Carrillo QEPD
Uno de los maestros de secundaria que recuerdo con mucho afecto y respeto es a Miguel Antonio Olachea Carrillo; en 1973 –recuerdo muy bien el año porque fue cuando Augusto Pinochet dio el golpe militar en Chile– daba la clase de geografía en la secundaría federal de Santiago que dirigía en aquel entonces Enrique “Kiky” Guerrero, otro de los grandes maestros que recuerdo con imperecedero afecto; no se sí sería buen maestro pero para mí lo fue, un excelente pedagogo que se manejaba con firmeza frente a grupo sin que uno perdiera interés en la clase; usaba las polacas al estilo de Guadalupe Victoria, siempre “embrillantinado”, fumaba cigarros Raleigh, –recuerdo que siempre abría la cajetilla por la parte de abajo– y le encantaba jugar vólibol y básquetbol.
Miguel, como lo tuteaban sus amigos, tenía otras virtudes y aptitudes; desde enamorado hasta “gueno” para los “chingazos”; puntualmente llegaba al salón y desde que comenzaba hasta el último minuto de clases lo aprovechaba; términos como “globo terráqueo”, “hemisferio norte y hemisferio sur”, “mar índico”, “mar muerto” y muchos otros, pronto se familiarizarían con nuestro rudimentario léxico cuya expresión más elegante que salía de nuestras cuerdas bucales era el del “olor a la guayaba”.
Fueron tiempos muy difíciles para muchos de nosotros que teníamos que recorrer entre 20 y 25 kilómetros diarios para asistir a la secundaria propiamente de “raite”: Carlos “Chale” Peláez, fungía como delegado municipal de San Santiago –acaban de reinstaurarse los municipios en BCS–, facilitaba un camioncito de redilas modelo 1959 que operaba don Jesús Meza, lo acondicionaron instalándole bancas y sombra con hojas de triplay, como era modelo viejo no salía del taller, así que más bien viajábamos de “raite”; en varias ocasiones, sobre todo en época de lluvias, tanto Miguel Antonio Olachea como Enrique “Kiky” Guerrero, nos llevaban en sus respectivos carros principalmente a los que quedaba más retirada la secundaria como los de Caduaño, el Ranchito y Miraflores.
Miguel o el profe Miguel, siempre fue solidario con nosotros, tanto en el salón como fuera del salón, nos entendía muy bien seguramente porque provenía de cuna muy humilde; conocí a gran parte de su familia porque mi papá tenía mucha amistad con don Toño Olachea Montejano, el papá de Miguel y con el propio Miguel, con quien corrió varias “parrandas”; no se sí por su amistad con mi papá, el caso que me tenía muchas consideraciones y seguido me daba consejos; en ese tiempo presidía la sociedad de alumnos de la secundaría de Santiago y dábamos la lucha en pro de un camión para la secundaria y mejores condiciones laborales para la planta de docentes (maestros) y personal de apoyo, que finalmente se logró en 1973 o 1974, una vez que nos entrevistamos con el presidente Luis Echeverría en Guerrero Negro, durante la inauguración de la carretera tanspeninsular.
En ese tiempo sentí muy cerca su cercanía y sus consejos, sabía que nuestra lucha era justa; de él conservó varias anécdotas en el plano estrictamente personal que lo dibujan tal cual; un excelente maestro, celoso en su profesión y amigo a carta cabal. Miguel o el profe Miguel, nació el 29 de septiembre de 1942 y murió el 21 de marzo de 2011, a la edad de 69 años, relativamente joven; trabajo como maestro frente a grupo en Santiago, Los Barriles y Cabo San Lucas; fue fundador de la escuela secundaria técnica no 5 en Santiago y de la escuela Moisés en Cabo San Lucas, auténtico forjador de generaciones, y en el plano político fue presidente del PRI municipal en Los Cabos, Secretario General del PRI en el estado, delegado de gobierno en Cabo San Lucas, diputado local y presidente municipal de Los Cabos. Descanse en Paz Miguel Antonio Olachea Carrillo, digno maestro y mejor sudcaliforniano.
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