ABCdario / LUPITA SALDAÑA Y LA ULTRA DERECHA

Por Víctor Octavio García

 

Ojalá que algún panista de buena voluntad y sobre todo de reposada prudencia aconsejara a Lupita Saldaña que se deje de ansias de querer conquistar otros reinos; la alianza tóxica que trae con “Pancho” Pelayo la ha desdibujado después de conocerse que fue una de las panistas que firmó la controvertida “carta de Madrid”, circunstancia que terminó exhibiéndola como una panista de la extrema derecha simpatizante del franquismo español.

Sus cabildeos en el CEN del PAN donde se vendió “como la única opción” para dirigir el PAN en BCS, igualmente pueden traducirse en serios despropósitos, y es que después de la apabullante derrota que sufrió en las pasadas elecciones del 6 de junio en Los Cabos, la “resaca” pos electoral abolló el “cochinero” sobre el cual se sostenía su malograda candidatura a la alcaldía que terminó sembrando una infinidad de cruces sobre el camino.

Tales referentes –y otros más que compartiremos en entregas venideras– la convierten en una panista escasamente confiable a la que poco o nada le abona Javier Busto en su loca compra de conciencias al interior del PAN, y en el reparto, vía Nono, de despensas con un “atento saludo” de la senadora, cuando su “operador político” (Javier Busto) trae grabada una enorme cruz sobre la frente como discípulo de Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora encarcelado por rata.

Existe por allí un grueso expediente que da fe de la inclinación desmedida de Lupita Saldaña por el dinero; se trata del emblemático centro cultural teatro “Lomelí” ubicado justo en la cabecera municipal, cuya pésima construcción ha dejado mucho de qué hablar. ¿Quién fue el constructor de la obra? sorpréndase, nada más ni nada menos que el financiador de la fallida candidata a la alcaldía de Los Cabos, Carlos Ramos Murillo, hijo de la primera regidora de Comondú Sonia Murillo y hermano de la primera regidora cabeña ¡Qué bonita familia!; tan solo en este tema Lupita Saldaña debe muchas explicaciones como es el hecho mismo de callar lo que pasó con una obra mal hecha y cara y que al final le apostaron a que no hubiese reclamos por parte de la administración municipal y cobrar, vía fianzas, varios millones de pesos.

Lo de menos es la truculenta y hasta hoy oscura y desconocida historia que escribió con su puño y letra para “hacerse” de la candidatura aliancista a la alcaldía de cabeña, historia muy similar o parecida a la que la catapultó a la senaduría donde actualmente cobra puntualmente haciendo poco menos que nada. ¡Qué tal!

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