ABCdario / SAN BASILIO

Por Víctor Octavio García

 

Conocí San Basilio –rancho abandonado– en el verano de hace dos años atraído por los cauques (especie de langostinos), zona de contrastes, ubicado entre Cantarana y el Guamúchil sobre la orilla del arroyo que bordea los empinados cerros del Ciruelo (Cirguelo), distante un kilómetro de la brecha de carro por el arroyo pa’ abajo, el acceso –brecha– poco transitada y en muy malas condiciones bordeando un arroyo pedregoso y un ancón tupido de palos fierros, mezquites y lomboyes, me gusto la zona por los contrastes; un baldío (limpio) donde alguna vez existió un rancho –no hay ningún vestigio de que haya existido salvo un “limpio” donde se encontraba la casa y los corrales cerca de una poza de agua dulce–, un par de pozas de agua dulce color verde turquesa donde se reproduce el cauque ligeramente poblada de carrizos, un par de palmas y juncos y uno que otro cauque de buen tamaño.

Las escasas horas que estuve en el lugar con Minoru Shiba y Martín Amador me pase observando la zona recreando mi imaginación, trazando puntos imaginarios y  coordenadas inexistentes, soñé por un momento con tener dinero, levantar allí un “juncalito” y pasar mi retiro leyendo, escribiendo, comiendo fríjol  y arroz ¡Vaya sueño! ¡Increíble que por cuestiones ideológicas y políticas viva en mi estado en condición de apestado después de luchar y pelear toda mi vida por mí tierra!; la zona de la que hoy doy cuenta por vez primera acaba de salvar a mi amigo Fernando León Amador, el “hombre fuerte” de Los Llanos de Kakiwui, de un sequía que va para dos largos años.

En Los Llanos de Kakiwui no hay agua no obstante de ser el tinaco que irriga todos los ojos de agua dulce que brotan sobre el arroyo desde Los Burros, en la costa, Umi, El Tunalito, Banderitas, Casas Viejas, Santa Rita, La Angostura, Matancitas, Palo Parado, Toris, El Muro, La Presa, Cantarana, El Guamúchil hasta La Fortuna y el Orgullo; de ahí que constantemente hay que traerla (acarrearla) desde El Tunalito y Banderitas harta Los Llanos de Kakiwui, distante 15 kilómetros, agua para la casa, baño, comida, lavar y lo más pesado, para los animales; en tiempo de secas como hoy tienen que echar dos o tres viajes diarios para darles de beber a los animales, en el caso Fernando a más de medio centenar de reses y de Jorge Amador, a un chinchorro de más de quinientas chivas y chivos, imagínese el gasto tan solo de gasolina donde un balde de 20 litros de gasolina les cuesta 500 pesos, sin poder vender un animal por lo flaco qué están y sin poder hacer queso porque las chivas no parieron.

Este año, después de dos años sin lluvias, Fernando León tomó la sabia decisión de mover su ganado hacia una zona donde llovió y empastó que es precisamente la zona de San Basilio, allí hay pasto y sobre todo agua de un par de ojos de agua dulce que emanan del lecho del arroyo, el jodido es Jorge Amador con más de quinientas chivas y chivos, varias reses, borregos y un par de machos tiene que apechugar la seca en medio del páramo en que se han convertidos Los Llanos de Kakiwui; triste realidad que vive el ranchero sudcaliforniano cuyos apoyos les fueron cancelados desde hace tres años, eso sí felices con López Obrador. ¡Qué tal!.

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