CLAROSCUROS / LAS LOCURAS DEL EMPERADOR

Por Salvador Castro Iglesias

 

Como émulo de aquel Emperador de la película de Disney, pareciera que nuestro Presidente AMLO se obstina en llevarnos al caos cada nuevo día, hace y deshace a su antojo y no existe nadie que se atreva a cuestionarlo, aconsejarlo u oponerse a sus planes delirantes de llevarnos al abismo que cada día se ve más cercano.

Una refinería que no refina y ni siquiera está concluida pero si inaugurada con bombo y platillo, un triste y desolado aeropuerto que no recibe vuelos y tampoco está terminado (solo la primera parte), pero que en sus soledades nos avisa que tampoco será de gran utilidad para nadie, un sistema de salud colapsado por falta de medicamentos y así muchas obras inconclusas e inservibles que solo en su mente lo llenarán de gloria  algún día de estos pero que solo han aportado a la crispación de los Mexicanos al ver que vamos hacia atrás y no hacia ese futuro glorioso que nuestros antepasados (los Aztecas) visionaban haca ya muchos años.

Problemas por el abasto de agua potable en grandes partes del país parecieran que no son importantes para este grandioso Monarca, un plan Nacional del Agua olvidado mientras los súbditos claman por recibir el preciado líquido mientras el Gobernante hace de oídos sordos.

Pero eso sí, con genialidades inconcebibles y aplicando su muy personal forma de ver las Relaciones locales e Internacionales, lanza diatribas diarias a sus socios comerciales pidiendo desmantelar la estatua de la libertad, azuzando a los Judíos recordándoles al creador del Holocausto, amenazando a los periodistas, haciendo de la vista gorda al narcotráfico y las matanzas diarias por parte de ellos y un sinfín de cosas que en verdad me hacen pensar que algo no está bien en su cabecita de algodón.

Casi todos los días como ya es su costumbre, utiliza las llamadas conferencias matutinas desde Palacio Nacional para dividirnos creando el nuevo concepto clasista de que los Mexicanos somos fifís (si no estamos de acuerdo con él) o chairos si le creemos todo lo que dice y hace sin chistar.

Si te atreves a ser rico o vas en busca de ello trabajando como burro de carga, buscando una mejor vida para ti y los tuyos entonces eres un vulgar aspiracionista, claro que ello no aplica en sus huestes y protegidos, sus hijitos y su familia por ejemplo, que a pesar de las quejas, llamadas de atención a la cordura y a la mesura, no dejan de dar la nota cada semana con su enriquecimiento sorprendente y no pasa nada, con sus nenes que nadie se meta.

Y así, nuestro País se desmorona, cada día, cada semana y no existe oposición alguna, dejando al Emperador que haga y deshaga, buscando ese sueño de convertir a México en quien sabe que cosa, desmantelando Instituciones, en guerra verbal contra todo el que se oponga a él y sin darnos al menos esa esperanza de hacia  donde vamos.

Nos leemos más adelante …