Por Alejandro Barañano
Algo inusitado ha estado ocurriendo en la entidad, pues en las últimas semanas la nota repetitiva en los medios ha sido FUEGO Y MÁS FUEGO, y sino recordemos que primero ardió el vertedero de Loma Bonita, luego la central de la Comisión Federal de Electricidad y por último el relleno sanitario paceño, todo esto en tan solo un solo día
La contingencia de aquel domingo trajo como consecuencia que más de 30 colonias de la ciudad capital se vieran literalmente tapizadas por humo, y por ende comenzaron sin cesar los reportes de personas respirando elementos tóxicos desde El Esterito, la zona centro, El Manglito, Pueblo Nuevo, Los Olivos, Vicente Guerrero y hasta zonas del sur como Mezquitito, El Progreso, Tabachines, Camino Real y los fraccionamientos El Palmar y El Palmar II.
Todas estas conflagraciones comenzaron a darse desde el pasado 14 de febrero, y en lo que respecta al relleno sanitario de la ciudad de La Paz, –cuando prendió fuego por primera vez– dejó severas afectaciones al medio ambiente que ocasionó que la SECRETARIA DE SALUD declarará una contingencia ambiental con altos niveles de contaminación en el aire. Así las cosas.
Ahora, 19 días después, se registraron de nueva cuenta un incendio en el mismo lugar, justo cuando ardían en llamas los PALMARES DE SANTIAGO, y aunque la situación en el relleno sanitario de La Paz se controló rápidamente, otra vez los habitantes de algunas zonas cercanas al sitio han alertando que día tras día se han estado observando fumarolas en el interior del basurero, y que estas están causando afectaciones en quienes viven en las cercanía del sitio, sin que hasta el momento la autoridad haya actuado en consecuencia.
Ahora bien, volviendo al caso del incendio en los PALMARES DE SANTIAGO el asunto es más dramático y preocupante, pues dejó en claro que FALTA MUCHO POR HACER EN MATERIA DE PROTECCIÓN CIVIL, pues las voraces llamas comenzaron a consumir todo lo que encontraban a su paso, extendiéndose incluso a las viviendas de la comunidad ello y a pesar de los esfuerzos coordinados del Cuerpo de Bomberos, Secretaria de Marina, Comisión Nacional Forestal y Protección Civil tanto estatal como municipal.
Y si utilice líneas arriba el termino de dramático, es porque ante la afectación de viviendas y la amenaza de que el siniestro se extendiera de forma exponencial por el fuerte viento que en ese momento se registraba, las autoridades encabezadas por el alcalde OSCAR LEGGS CASTRO de forma salomónica comenzó a evacuar a los vecinos de la zona, aunque lastimosamente 50 hectáreas de vegetación ya habían sido arrasadas por las llamas y cerca de 40 viviendas habían ido alcanzadas por el fuego.
Ese mismo día, en la región de Todos Santos, se registró otro incendio en el PALMAR DE LA ZONA, esto en las inmediaciones del Barrio de Las Flores. En el siniestro se hicieron presentes los cuerpos de bomberos quienes lucharon arduamente para combatir el incendio, mismo que fue controlado un poco más tarde.
Ya por caída noche del mismo sábado se reportó también un conato de incendio en la comunidad de San Ignacio por el rumbo del PALMAR DE SAN LINO, donde afortunadamente los Bomberos Voluntarios acudieron de manera inmediata y sofocaron el fuego que se estaba iniciando.
También la COMUNIDAD DE LA RIBERA tuvo lo suyo, pues se reportó una combustión en el basurero a cielo abierto del lugar, pero la oportuna intervención del personal de la Gerencia del Organismo Operador Municipal de Agua y Saneamiento en coordinación con Protección Civil, lograron extinguir el fuego.
Por si todo esto no fuera poco, horas después se reportó un incendio en el CERRO DE LA CRUZ de Cabo San Lucas, y todo apuntó a una quema imprudente de basura y pastizales que se salió completamente de control, aunque minutos más tarde fue controlado por los vulcanos sanluqueños. En fin, como le dije, hemos vivido días de FUEGO Y MÁS FUEGO.
¿Qué lección nos deja tanto incendio? Bueno, quien mejor lo ha podido definir es mi amigo de años y colega de oficio, VÍCTOR OCATVIO GARCÍA, quien acertadamente apuntó que “solo han bastado dos días después de la contingencia que se presentó en Santiago para medir el temple de los servidores públicos, y de paso dimensionar su alcance frente a la emergencia. Unos, los que se organizaron para ayudar, y otros los que ayudaron para organizarse, o sea, dos visiones distintas. El dogmatismo puro frente al pragmatismo a secas”; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .