Por Alejandro Barañano
Resulta que tanto el INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO –conocido por sus siglas como ISSSTE– así como el INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL se han visto envueltos en diversas polémicas ante la opinión pública desde hace tiempo, pues ambas instituciones que dicen ofrecer SEGURIDAD SOCIAL a sus derechohabientes han demostrado que las cosas van DE MAL EN PEOR.
Y lo digo porque recientemente ocurrió un desaguisado cuando en el quirófano de la CLÍNICA DE SANTA ROSALÍA donde se grabó a una rata corriendo entre los aparatos clínicos, buscando justificar el ISSSTE que ese hospital es vulnerable a tales situaciones debido a su ubicación geográfica y por tener una infraestructura que supera los 30 años de antigüedad, además de que se encuentra asentando en una zona con una deficiencia de servicios básicos, aunado además a la falta parcial de pavimentación en las áreas aledañas donde se almacenan los desechos. ¿QUÉ TAL?
Si el escandalo de lo de la clínica del ISSSTE de Santa Rosalía no fuera suficiente, ahora trascendió que en una ocasión en una intervención quirúrgica que se realizó en el Hospital General de Subzona de Medicina Familiar del INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL que se ubica en Guerrero Negro, se cometió una GRAVE NEGLIGENCIA MÉDICA que dejó a una paciente con una “pinza kelly” olvidada dentro de su abdomen y que como resultado de este error la mujer tuvo que someterse a una segunda operación para retirar el objeto.
Luego entonces y a través de la recomendación 50/2023, la COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS solicitó al titular del IMSS que se inscriba a la mujer mulegina afectada en el REGISTRO NACIONAL DE VÍCTIMAS para que pueda acceder a la reparación integral del daño, incluyendo una compensación, atención médica y psicológica así como los medicamentos necesarios para su recuperación.
También se sabe que las pruebas radicadas en el expediente permitieron acreditar violaciones a los derechos humanos a la protección de la salud y al acceso a la información en esta materia, cuya responsabilidad se atribuye al personal de salud de ese nosocomio, ya que incurrió en negligencia por “OBLITO QUIRÚRGICO”, es decir la permanencia de un objeto o cuerpo extraño dentro de una cavidad corporal o sitio quirúrgico en forma no intencional al término de una operación.
Asimismo, dentro del comunicado DGDDH/117/2023, se solicitó que se capacite al personal del INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL en materia de derechos humanos y sobre el cumplimiento para integrar los expedientes clínicos y la observancia de las guías de atención médica.
Y es que la misma COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS ha encontrado varias irregularidades en el caso, incluyendo notas médicas inadecuadas y listas de verificación y prevención de infección de sitio quirúrgico llenadas incorrectamente y con ligereza, aunado a que se comprobó que los registros elaborados tras la primera intervención quirúrgica habían reportado como “completo” el número de gasas e instrumentos utilizados, lo que evidencia una mala práctica médica.
Por eso y más, resalta la importancia de capacitar al personal médico de ambas instituciones en la observancia de las guías de atención por la importancia que existe en los expedientes clínicos completos y precisos para la protección de los derechos humanos de los pacientes. Sin embargo queda visto que tanto INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO como en el INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL la cosa está realmente DEL NABO; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .