Por Alejandro Barañano
Resulta que JUAN COSTA CASTRO, vecino de la comunidad de La Ribera, denunció públicamente el nombramiento de JULIO CÉSAR VILLARREAL TRASVIÑA, quien venía fungiendo meses atrás como titular de la Comisión Estatal del Agua y que ahora por obra y gracia del “Espíritu Santo” fue nombrado delegado en Baja California Sur de la Comisión Nacional del Agua, ello y a pesar de existir un conflicto de interés con el desarrollo irregular denominado “COSTA PALMAS”.
Pero para entender de donde se deriva todo este embrollo, bien vale la pena comentar que el polémico desarrollo turístico-residencial “CABO RIVIERA” volvió de nueva cuenta pero ahora bajo el nombre de “COSTA PALMAS EAST CAPE”. ¡Quihubole!
No hay que olvidar que “CABO RIVIERA” fue quien cambió totalmente la forma de la playa cuando abrió un canal que se convirtió en la entrada para una marina y un Club de Yates, esto sin importar que el sitito sea una zona de anidación de tortuga. Y hoy en día con “COSTA PALMAS” el plan maestro poco o nada cambió, pues como en el pasado ya se inició el desmonte de varios metros cuadrados de vegetación, algunas de ellas endémicas.
Además en la Fase A del mega proyecto la marca “FOUR SESSON” colocará un resort de 145 habitaciones. Mientras que en la Fase B se considera una etapa de crecimiento en donde se incluirán también 22 lotes residenciales y la construcción de 8 casas de 4 habitaciones, pero cuando esto pase necesitarán el Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales en una superficie de21.86 hectáreas, según se explica en MANIFESTACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL 03BS2017TD046.
La Desarrolladora La Ribera, S. de R.L. de C.V. es la misma empresa que fue representante legal de la “Construcción, Instalación y Operación del Proyecto Desarrollo Turístico-Náutico La Ribera, BCS”, el cual consiguió el 16 de octubre del 2007 la autorización condicionada de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, según consta en el oficio SGPA/DGIRA/1560/07. Sin embargo, después de realizar algunas modificaciones a la zona federal marítimo terrestre, paró su construcción y se mantuvo hasta finales de 2017, cuando refrendó la autoridad ambiental su resolución a favor de la empresa.
Durante tres años, la PROCURADURÍA FEDERAL DE PROTECCIÓN AL AMBIENTE se dedicó a batear sin investigar a profundidad LAS denuncias populares EXISTENTES contra del proyecto COSTA PALMAS, mismo que está ubicado a tan sólo 26 kilómetros del PARQUE NACIONAL DE CABO PULMO, un ejemplo a nivel mundial de conservación de la vida marina. ¿O no?
Los argumentos para desechar las acusaciones evitando con ello entrar al fondo del asunto fueron muchas y muy variadas, desde no contar con información que permitía a la autoridad identificar el lugar exacto de los hechos denunciados; situación que es irrisoria totalmente.
El 20 de abril de 2020 fue manejado en varios medios de comunicación –incluidos algunos nacionales– que con al menos 17 pequeños y medianos proyectos fueron autorizados en la pasada y la actual administración federal, y que todos ellos comenzaron una invasión hormiga en el área natural protegida de CABO PULMO, espacio largamente asediado y codiciado por inversionistas chinos y españoles para desarrollar mega desarrollos como CABO CORTÉS y CABO DORADO, y que gracias a las protestas nacionales e internacionales se lograron echar para atrás.
Con el aprendizaje que dejó esa derrota, ahora la estrategia de los actuales constructores es conquistar el paraíso a pedazos desde la región colindante de CABO DEL ESTE, aprovechando la falta de actualización y nulo cumplimiento del Programa de Ordenamiento Ecológico Local que data de 1995, así como la solicitud de autorizaciones de impacto ambiental fragmentadas que no permiten evaluar las afectaciones acumulativas sin consultas públicas, y evitando, desde 2015, solicitar la opinión técnica del GOBIERNO DEL ESTADO. ¡Qué tal!
COSTA PALMAS lleva hasta el momento presentadas ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales al menos siete manifestaciones de impacto ambiental del mismo desarrollo, más el Plan Maestro del Proyecto Turístico-Náutico; Marina; Campo de Golf; Obra de Encauzamiento; Desalinizadora; Rehabilitación de Playa y Planta de Generación de Energía con Gas Natural.
En imágenes satelitales del período 1985 al 2020, se puede apreciar claramente la DEVASTACIÓN EN LA ZONA DE LA RIBERA, ya que donde alguna vez hubo dunas, manglares, esteros, cuerpos de agua y nidos de tortugas y gallitos marinos, hoy hay cuartos de hotel, camastros, campos de golf, canchas de tenis y hasta un estadio de béisbol.
De acuerdo a la información obtenida a través de la LEY DE TRANSPARENCIA, desde el 26 de marzo de 2018, JUAN COSTA CASTRO, preocupado por la construcción del proyecto COSTA PLAMAS, presentó una denuncia ante la Delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Baja acompañada con un expediente con 21 fotografías demostrando el bloqueo al acceso de la playa pública, ello maniobras de maquinaria pesada para tapar un ojo de agua y además secar un manglar.
Sin embargo, el 28 de junio del 2019, la autoridad decidió cerrar el expediente “por no existir irregularidades que sancionar”, esto aun y cuando el arroyo que “secaron” inunda el predio cada vez que llueve y que el mangle, especie supuestamente protegida por la NORMA OFICIAL MEXICANA 059, fue sustituido por un bien trazado campo de golf de 18 hoyos; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .