DOS PALABRAS / CÓDIGOS DE DISEÑO

Por Flavio Díaz Mirón Rodríguez

 

Es de conocimiento general que el gobierno saliente de AMLO se inspiró en Bolivia para poner en marcha la reforma al Poder Judicial. Conviene preguntarse si Bolivia ganó algún reconocimiento internacional por implementar aquel sistema de elegir a jueces por votación popular, o mejor, si el mismo pueblo boliviano ha experimentado una mejora en su certeza jurídica y calidad de vida.

Sin embargo, pido dirigir su atención a un ejemplo que sí ganó reconocimiento internacional y que contribuyó a la mejora de la calidad de vida de un pueblo. Me refiero a Francia, y creo que, en materia de diseño urbano y de administración de asentamientos humanos, México podría inspirarse en Francia para poner en marcha una reforma a los instrumentos municipales de planeación territorial, como por ejemplo el plan o programa municipal de desarrollo urbano.

Es importante mencionar antes que el propio Estado mexicano reconoce en las Reglas de Operación del Programa de Mejoramiento Urbano que, las entidades federativas, las zonas metropolitanas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, enfrentan limitaciones para elaborar o actualizar sus instrumentos de planeación en términos normativos, económicos, técnicos, y políticos. Aunado a esto, yo incluiría en esta lista de carencias o limitaciones, las limitaciones de diseño, dado que son los instrumentos de planeación territorial que podrían ayudar sustancialmente a la sociedad en recuperar su confianza con el Estado mexicano respecto al desarrollo urbano.

En la periferia de París, Francia, es común observar un sinnúmero de edificios multifamiliares y de interés social que no guardan ninguna relación con los edificios del centro de París. Dado que la periferia parisina se construyó después de la Segunda Guerra Mundial, es normal esperar que su apariencia sea distinta y el municipio de Le Plessis-Robinson no fue la excepción.

Le Plessis-Robinson se desarrolló durante los años sesenta siguiendo los preceptos de la ideología reinante de la época – el modernismo – que estipulaba que cada uso de suelo debía separarse entre sí y que la movilidad debía adaptarse mayormente al transporte del automóvil, además, que la arquitectura no debía guardar relación alguna con la arquitectura empleada previamente, sino únicamente con el estilo internacional. El resultado fue la creación de suburbios muy poco atractivos, los cuales con tiempo se convirtieron en centros de inseguridad y pobreza.

Pues bien, entrando los años noventas, pasó algo inusitado en Le Plessis-Robinson. El partido comunista perdió las elecciones municipales frente a un candidato del partido republicano. El nuevo alcalde de Le Plessis-Robinson creyó que podía reducir la inseguridad y pobreza de su municipio a través de espacios públicos hermosos, parques floreados y nuevos edificios inspirados en el estilo urbano-arquitectónico del centro de París, previo al modernismo, donde se fomentó el uso mixto de suelo, la movilidad peatonal y la hermosura arquitectónica.

Ya que los edificios sesenteros se encontraban en un estado desolador, el alcalde republicano, realizó varias competencias y licitaciones para transformar su municipio y tras varios intentos, un estudio de arquitectura clásica presentó un plan maestro ganador. El plan maestro contaba con plazas como las del centro de París, una combinación de calles angostas y pasajes arbolados, parques que cruzaban varios barrios, monumentos y edificios que se asemejaban más al París que todo el mundo conoce.

De poco en poco, Le Plessis-Robinson cambió radicalmente su apariencia, hasta tal punto que se convirtió en un lugar atractivo para capitalistas y arrendatarios de ingresos medio-altos. No obstante, la nueva cara de Le Plessis-Robinson fue construida tomando en cuenta viviendas de interés social, las cuales se construyeron muchas y cuentan con estándares de diseño que las hacen irreconocibles de otras viviendas privadas.

Asimismo, se les permitió a los capitalistas la compra de inmuebles, pero con reglas específicas de diseño, es decir, si los propietarios quisieran cambiar sus inmuebles debían hacerlo conforme a un código. Algo así como un reglamento de condominios o un reglamento de imagen urbana, pero con guías o manuales de diseño de puertas, ventanas, techos, anexos, etc.

Ahora, Le Plessis-Robinson cuenta con el galardón de gran premio a mejor renacimiento de un vecindario urbano otorgado por el Premio Europeo de Arquitectura Philippe Rotthier en 2008. Aún más, la transformación de Le Plessis-Robinson ha inspirado a varios municipios franceses en promover proyectos que retomen el diseño francés previo al modernismo para nuevos edificios o para edificios que necesitan mantenimiento y reformas.

Los códigos de diseño, guías, o manuales, que establecen el catalogo de opciones arquitectónicas para transformar la ciudad constituyen un instrumento de planeación territorial comprobadamente efectivo para revitalizar colonias y barrios despojadas de recursos económicos y capital social. Otro ejemplo del uso de códigos de diseño para un pueblo completamente nuevo ha sido en Poundbury, Inglaterra.