Por Víctor Octavio García
Veo con marcada preocupación y me resisto a pensar que el gobernador Victor Castro Cosio viva un quiebre en su gobierno; me preocupa porque creo que no lo merece y me resisto a creer porque es muy temprano para hablar de quiebres. Lo qué pasó hoy en el marco de las audiencias públicas en el vestíbulo de palacio de gobierno donde el gobernador fue increpado irrespetuosamente por un periodista, no es poca cosa; se podrán argumentar y decir muchas cosas en aras despresurizar la agria impresión que dejo el incidente, lo cierto es que pasó, ocurrió.
En las escenas que observe en videos, vi varios funcionarios pero ningún colaborador del gobernador; funcionarios que no atajan nada y colaboradores de tutti frutti; vi la vulnerabilidad de un gobernador que quién le tire le pega y quien sin apuntarle le da; me pregunto ¿Dónde están los encargados del despacho (secretarios del gabinete) que suelen saludar con mucho garbo con cuatro dedos -aunque cobren con los cinco dedos- tarareando el slogan “BCS Nos Une”?. ¿Dónde están los amigos del gobernador y los que se dicen ser sus amigos que cobran, y cobran muy bien en la nómina estatal? ¿Dónde están?, al menos yo no los veo.
Veo sí, un Homero Davis muy diezmado, sin ponchs y sin perrito que le ladre, no es lo mismo operar políticamente acuerpado dando resultados que operar políticamente solo y a salivazos, fuera de Homero Davis la pradera se ve desierta, a punto de incendiarse. Desconozco qué estén haciendo los amigos del gobernador, los que vienen de las luchas callejeras y de los plantones, los amigos con los quienes ha trabajado coincidencias; Alicia Meza acuartelada en su impenetrable bunker en el Centro SEP, Omar Castro de lleno en su prolífica producción literaria, Bertha Montaño haciendo logaritmos con números descuadrados, Chema Avilés totalmente perdido, y párenle de contar, del resto de los secretarios, sub secretarios y directores generales y de área mejor no hablo.
Veo que los funcionarios o servidores públicos que trabajan para el estado y los colaboradores que trabajan para el gobernador probablemente no existen, no se ven, como tampoco se ve una línea imaginaria que los diferencié unos de otros, allí todo el terreno es plano, y en un terreno de variopintos y oportunistas las confusiones suelen ser fatales, imperdonables.
Está claro que ninguno de los mariscales de campo del gobernador abonan en la imperiosa tarea de recobrar la imagen al gobernador, no lo harán porque no saben, no entienden el mundo cuantimás la política, y quienes entienden y saben trabajar acuerdos están sembrados mal en el gabinete; Maribel Collins en Turismo, Fernanda Villarreal en el INVI y Martin Inzunza en Fonmar. Necesitan hacer mucha política, mucha política, trabajar y tejer acuerdo, porque eso de “más territorio y menos escritorio” no les está resultando. ¡Qué tal!
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