Por Ariel Vilchis
La austeridad republicana -que nada tiene que ver con austeridad franciscana- es un instrumento que busca combatir la desigualdad social, la corrupción, la avaricia y el despilfarro de los bienes y recursos; administrando los recursos con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez, con un ajuste fiscal que beneficie a los más pobres.
Es, desde el inicio del gobierno que encabeza el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, una de sus banderas políticas con enfoque social: Priorizar el gasto de gobierno en quien más lo necesita
Esa austeridad que pretende combatir los abusos en el gasto público por gobiernos insensibles que priorizaron los lujos o los gastos superfluos, las nóminas abultadas- que si bien no eran ilegales si caían en la inmoralidad- así como los excesos en el ejercicio del gasto del dinero del pueblo, hoy por hoy se combate desde el gobierno de la cuarta transformación a nivel nacional y, a partir de septiembre pasado, también lo hace en nuestra media península Baja California Sur.
Y es que no puede entenderse de otra manera, pues para mantener sanas las finanzas públicas es necesario el ajuste al presupuesto como lo ha anunciado el gobernador del estado Víctor Castro Cosío. Es entendible desde la óptica de una deuda estatal de más de 9 mil millones de pesos, de gasto de combustible en una sola oficina de 200 mil pesos mensuales o renta de oficinas por cien mil pesos al mes.
De tal manera que el programa de austeridad que se pretende implementar por parte del gobierno que encabeza Víctor Castro se encuentra basado en el ahorro de esos gastos, un ajuste de los sueldos de los funcionarios y en priorizar el gasto en lo esencial. Sanear las finanzas públicas.
¿Y qué es lo esencial? pues gastar el dinero público en beneficio del pueblo, de la sociedad, para que tenga mejores servicios de salud, educación, seguridad pública, incentivar la cultura y los deportes para que la gente tenga una mejor calidad de vida.
Son tiempos de apretarse el cinturón, de ser solidarios, de trabajar de manera conjunta gobierno y sociedad para sacar a delante nuestro estado, sin condenar la riqueza pero si buscando el beneficio colectivo.
El gobierno de Castro Cosío inicia ajustando el gasto de gobierno y obteniendo ahorros que se aplicarán en mejorar hospitales, así lo ha anunciado. Conocedor de las carencias en los municipios, los recursos serán aplicados donde más los requiera la población. Eso es austeridad republicana y por supuesto es un buen comienzo. Ya veremos qué sucede, es mi opinión, al tiempo…
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