Por Alejandro Barañano
Aquí en Baja California Sur después de la derrota de 1999, el PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL no ha visto la suya, pues parece que continúa con su mala racha cosechando más de lo mismo: DERROTA TRAS DERROTA.
Ahora, como si ya no tuviera poco, la diputada GABRIELA CISENROS RUÍZ salió de su invernadero para decir me voy del PRI; cosa que no tiene nada de malo ya que está en todo su derecho; solo que cabe recordar que aprovechó perfectamente la coyuntura que abrió el INE con aquello de la paridad de género para colarse a la posición que hoy en día ostenta gracias al instituto político del que ahora reniega.
Esto lo traigo a colación, porque de acuerdo a un breve pero ajustado recuento de daños, los últimos 21 años han significado hablar más de lo mismo. De un PRI utilizado y lacerado por camarillas, grupúsculos y facciones con meros fines personales, sin tener proyecto como partido y entregado simplemente al mejor postor.
La tragedia de los tricolores arrancó con la dirigencia que encabezó RICARDO FIOL, siguiendo con la de MIGUEL VEGA y terminando con la JUAN MANUEL AMADOR, época donde se abrió un intervalo para asumir “formalmente” la directriz de una especie de minimaximato a través de RICARDO BARROSO, JUAN ALBERTO VALDIVIA y EDMUNDO SALGADO, esto sin olvidar obviamente a la mismísima GABRIELA CISNEROS RUÍZ.
Y así es como el PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL lleva más de dos décadas sin hacer nada más que sembrar discordias, escenificar pleitos internos, destruir el prestigio de unos y otros, frustrar sueños y acabar con las ilusiones de muchos que a la postre no le sirve más que a los carroñeros que se benefician de las derrotas de siempre.
No se dan, o no se quieren dar cuenta, que nuevamente van como en una desbocada estampida corriendo sobre los despeñaderos sin reparar que su juego ya se conoce, y que las circunstancias son totalmente distintas a las que prevalecían cuando descubrieron hace más de veinte años atrás que perdiendo a veces ganaban.
En más de una ocasión se ha marcado la lapidaria advertencia que muchos escucharon pero otros no aceptaron: EL PROBLEMA DEL PRI SON LAS MISMAS GENTES DEL PRI. Y lo digo porque en esa inercia varios “cuadros distinguidos” se prestaron a jugar el juego a que estaban trágicamente destinados: SER CANDIDATOS PERDEDORES.
Por eso inicie este espacio diciendo: Después de la derrota de 1999 el PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL no han visto la suya, pues continúa con su mala racha cosechando más de lo mismo: DERROTA TRAS DERROTA; por lo que quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .