Por Víctor Octavio García
Hoy 17 de enero, justo el día que el ex presidente Luis Echeverría Alvarez cumple cien años de vida, rememoró cuando me entrevisté con él siendo un adolecente de 15 años, 1 de diciembre de 1973, durante el acto de inauguración de la carretera transpeninsular; cursaba el tercer año de secundaria en Santiago y presidía la sociedad de alumnos, un grupo de jóvenes secundarianos de Caduaño, El Ranchito, Miraflores, Las Cuevas y el Campamento, teníamos que viajar todos los días a Santiago para ir a la escuela, la delegación municipal de Santiago, en ese entonces Carlos “Chale” Peláez era delegado municipal, nos facilitaba un camioncito Ford de redilas modelo 1959 para nuestros traslados y no siempre estaba en condiciones, así que la mayoría de las veces teníamos que hacerlo de “raites”, época muy difícil, Raúl Enrique “Kique” Guerrero era director de la secundaria, quien nos apoyaba en lo que podía y como podía para que no faltáramos a la escuela.
Tiempos de gran efervescencia política, las izquierdas se abrían paso, era la época del “Cálate Leon”, célebre líder campesino nativo de Caduaño quien haría historia en ese tiempo; dada la difícil situación que enfrentábamos, el “Cálate Leon” aprovecho el nublado y armó una manifestación de estudiantes y trabajadores para exigirle al entonces gobernador del territorio, Félix Agramont Cota, que atendiera nuestros reclamos; lo único que pedíamos era un camión donde trasladarnos a la escuela; se armó la manifestación que inicio en la prepa Morelos para concluir en palacio de gobierno acuerpada con estudiantes de la prepa Morelos, campesinos de Caduaño, estudiantes de la normal urbana, trabajadores de la Ardemi, vecinos de la Colina de la Cruz y de la Inalámbrica que solicitaban la regularización de los lotes donde vivían.
Se hizo la manifestación, una manifestación tumultuaria que tuvo mucho eco en los medios locales en esa época, al gobernador no le gustó que nos expresáramos así y tomó represalias contra Raúl Enrique “Kique” Guerrero, director de la secundaria, obligándolo a salir del territorio y refugiarse por un tiempo en el estado de Nayarit, bajo condiciones no gratas en BCS, la diferencias del gobernador contra el humilde director de la secundaria se fraguaron porque éste era sobrino del “Güero” Guerrero, un viejo periodista de la vieja guardia que gozaba de la amistad personal del presidente y el presidente ya traía la idea de convertir el territorio en estado y había que dedignar un gobernador interino, y en la terna que se manejaba y se escuchaba en ese entonces para sucederlo se encontraba el famoso “Güero” Guerrero; Félix Agramont Cota y Antonio Navarro; finalmente la designación de gobernador interino recayó en Félix Agramont Cota quien fue el último gobernador del territorio y primer gobernador del estado de BCS.
Después de la manifestación contra Félix Agramont éste hizo el compromiso de que nos recibiría el presidente Echeverría en su visita al territorio donde inauguraría la carretera transpeninsular, en diciembre de 1973, tal como ocurrió; fue recibido por el presidente, al igual que grupos de ciudadanos de diversos orígenes en su estancia en Guerrero Negro, en el paralelo 28, donde le entregue personalmente la petición para que nos apoyara con un camión para trasladarnos a la secundaria, nos recibió en un camión (autobús) estacionado exprofeso en el paralelo 28, él sentado en el asiento con el gobernador del territorio Félix Agramont Cota, a un costado Milton Castellanos, gobernador de BC y Luis Enrique Bracamontes, secretario de Obras Públicas –lo que hoy es SCT-, en el asiento de atrás del presidente Jacobo Zabludovsky y otra persona más que no recuerdo; sentí un excelente trato del presidente, empático con nuestras demandas, quien en el acto y teniendo como testigo al gobernador del territorio, hizo el compromiso formal de entregarnos un cambio nuevo para nuestros traslados (autobús), donar varias hectáreas de tierra de siembra para la nueva secundaria en la zona de San Jorge, cerca de Santiago y anunció la creación de la escuela secundaria técnica de Santiago para el siguiente año, tal como ocurrió.
En lo personal le profeso gran admiración, siempre he deseado platicar con él, las circunstancias no se han dado y me quedo con el deseo incumplido: su forma de ejercer el poder muy controvertido e incluso cuestionado por algunos, para mí un buen presidente, respeto todas las opiniones divergentes y discordantes. Vaya para él un afectuoso abrazo, mi respeto y admiración por siempre. Larga vida señor ex presidente, que Dios los bendiga siempre. ¡Qué tal!
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