DOS PALABRAS / NUEVO PARADIGMA URBANO EN REINO UNIDO

Por Flavio Díaz Mirón

 

EN el Reino Unido, una comisión de planificación urbana liderada por el gran filósofo Roger Scruton ha dejado un gran impacto al sistema de planeación. Básicamente, introduciendo una vía-rápida para proyectos y desarrollos urbanos que demuestren que puedan ser bellos… Y no, no ‘bellos’ según la opinión de arquitectos, sino bellos en el sentido que deban complementar el entorno natural; mezclarse de manera armoniosa con el carácter del pueblo o ciudad; y producir deleite estético. Tres cosas que han sido comprobadas que incrementan el nivel de vida de los habitantes, asimismo, su situación financiera.

En 2020, Gran Bretaña arrastraba (todavía) una crisis inmobiliaria grave, en la cual, según fuentes independientes 8.5 millones de personas carecían de una vivienda digna y asequible mientras el mercado inmobiliario producía casas muy por debajo de lo suficiente debido a una sobrerregulación por parte del gobierno británico. El gobierno conservador en turno decidió crear una comisión ciudadana para estudiar el problema de la escasez de vivienda y de los altísimos costos para comprar una casa, y pensar en una solución. La comisión no fue precedida por un experto en planeación o en urbanismo sino por un filósofo, y los resultados de la comisión no fueron los esperados.

Con una vocación altamente humanista y a favor del medioambiente, la comisión publicó su diagnóstico y recomendaciones en su reporte llamado “Viviendo con Belleza: Promoviendo la Salud, Bienestar y Crecimiento Sostenible”. Dicho reporte sorprendió a todos porque ofreció una fórmula simple y económicamente sensata en balancear la oferta y demanda de viviendas dignas, y al mismo tiempo, satisfacer el sentimiento de la población de aquel país de que, se tiene que combatir la tendencia de afeamiento del territorio y ciudades. Nadie mejor para combatir el afeamiento en las ciudades y entornos naturales que el filósofo Roger Scruton.

Desde hace tiempo, Scruton dedicó buena parte de su vida en preguntarse sobre el por qué ya no se crean cosas –y ciudades­­– tan hermosas como las del pasado. Gracias a su formación clásica, su interés en la vida ‘buena’ lo llevó por un número de temas diferentes, e. g., la literatura, la música, el vino, la política, el arte, la religión, la ecología, la arquitectura y la planeación de ciudades. Fiel a una visión objetiva de la realidad, donde a través de la razón se puede dilucidar temas de carácter científicos o sociales (muy en contra de varios de sus colegas académicos postmodernistas, relativistas o neomarxistas); el filósofo inglés expuso un resumen de sus ideas en el famoso documental “Por qué la belleza importa”, producido por la Corporación Británica de Radiodifusión (BBC, por sus siglas en inglés).

La comisión a la cual le fue encargada estudiar y proponer una solución a la crisis inmobiliaria produjo tres grandes recomendaciones. En suma, estas recomendaciones consistieron en crear una vía-rápida o fast-track para aquellos proyectos arquitectónicos y desarrollos urbanos que pudieran comprobar que fueran bellos. Al parecer a todos les agradó esta idea, menos al gremio al cual se le ha encargado diseñar el entorno moderno de aquel país: los arquitectos. Agrupaciones de arquitectos denunciaron a la comisión por contar con una “reducida” visión arquitectónica y, sobre todo, por querer imponer nociones “anticuadas” de belleza. Sin embargo, después de varias encuestas y sondeos de opinión, el público respaldó abrumadoramente la postura de la comisión y se decidió crear la “Oficina del Lugar” dentro del Ministerio de Vivienda, Planeación y Seguridad Constructiva con el mandato de emitir guías y recomendaciones arquitectónicas, urbanísticas y de paisajismo.

Los frutos de la comisión conllevaron a su institucionalización y a subsecuentes reformas al sistema de planeación. Dada la complejidad política de aquel país y la fuerte tradición democrática-local, cada pueblo, aldea o condado es libre de seguir las siguientes recomendaciones: 1) los nuevos proyectos deben complementar el entorno natural, aquellos proyectos que distorsionen negativamente las zonas rurales deberán rectificar sus diseños a favor de una vocación paisajística y social; 2) los nuevos proyectos urbanos deben mezclarse de manera armoniosa con la comunidad existente, los desarrollos deben incorporar un sentido del lugar, el genius loci o ‘espíritu del lugar’ que respete y se adecúe al contexto existente; y 3) los nuevos proyectos deben producir deleite estético, los diseños y construcciones deben satisfacer el paladar visual de la población proponiendo estructuras que agraden a la mayoría de la población.

Seguramente, muchos se preguntarán ¿cómo es posible satisfacer los paladares visuales y estéticos de una mayoría si todos tenemos gustos diferentes? En realidad, parece ser que sí es posible saber cuáles son las preferencias arquitectónicas de una población, mediante encuestas de opinión. Si a una población se le presentan dos o más opciones diferentes de construcciones, con las cuales van a tener que ver y vivir por el resto de sus vidas y las de sus hijos, los encuestados responderán predeciblemente en un porcentaje alrededor del 70% por la opción que refleje más la identidad e historia del lugar. Para comprobar dicha metodología, sugiero al lector visitar la página web de la fundación inglesa Create Streets, donde hacen encuestas de opinión y estudios del mercado reflejando esta tendencia.

El trabajo de la comisión es digno de analizarse y de estudiar su replicabilidad para otros contextos, como el nuestro en la república mexicana. Por igual, vale la pena preguntarse por qué los paisajes urbanos hermosos ya son imposibles de observarlos, mas solamente en las obras de los pintores paisajistas mexicanos del siglo XIX, como por ejemplo, Luis Coto, Paul Fischer, Eugenio Landesio, y por supuesto, su gran aprendiz el gran José María Velasco. Nuestros pueblos mágicos y ciudades dependen cada vez más del turismo, y el turismo a su vez depende en mayor parte del patrimonio. Por lo tanto, es importante conservar, restaurar, proteger y defender al patrimonio edificado de nuestro país, dado que actualmente se encuentra en una situación paupérrima.

Sin embargo, existe esperanza gracias al trabajo de varios arquitectos, urbanistas, constructores e inversionistas que optaron por ser visionarios y que han creado nuevas ciudades realmente hermosas, financieramente exitosas y totalmente funcionales con todos los requisitos para una vida moderna y tecnológica. Estas nuevas ciudades se planearon con una visión de regreso de utilidad paciente y con el espíritu de crear un legado que no busque el dinero rápido sino crear un patrimonio. Algunos ejemplos de esas ciudades nuevas son Seaside, EE. UU.; Poundbury, Inglaterra; Le Plessis-Robinson, Francia; Pueblo Nuevo, España; Cayalá, Guatemala; y Las Catalinas, Costa Rica.

 

Flavio Díaz Mirón Rodríguez

Pdte. INTBAU MEXICO

diazmiron.flavio@gmail.com

intbaumexico.com