BALCONEANDO / ¡DECISIÓN INVEROSÍMIL!

Por Alejandro Barañano

 

Parece mentira que la SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA federal haya tomado la aberrante decisión de cerrar las ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO, pues es una medida que representa cortar de tajo con las pocas expectativas de desarrollo que aún tienen muchos estudiantes por su precariedad económica, además de que violenta directamente los derechos humanos de la educación y la alimentación.

Y si digo que parece mentira es porque vivimos tiempos en que la deserción escolar está en su punto más álgido a causa, principalmente, de la pandemia, razón por lo cual el retorno a las aulas representa un reto titánico. Sin embargo, en vez de abonar a que esto se revierta se suman cuantas más adversidades que dificultarán la reinserción al sistema educativo.

También parece mentira que se violenten de un solo plumazo los DERECHOS A LA EDUCACIÓN Y A LA ALIMENTACIÓN de niños y adolescentes, ello tras cancelar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo, el cual había presentado resultados alentadores durante los 15 años que estuvo operando, decisión que no solo conlleva responsabilidades éticas sino legales que deberá de resolver la SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.

En pocas palabras, la regresión que esta medida conlleva es gravísima e inconstitucional, tal como lo ha denunciado la organización denominada “MEXICANOS PRIMERO”, quien ha insistido que este programa ha logrado revertir la desnutrición de los estudiantes que están matriculados en ese sistema.

Y es que el impacto no solo es para los educandos, sino también le pega muy duro al magisterio, ya que los docentes y directivos adscritos al programa recibían algunas compensaciones económicas que significaban un alivio para sus atribuladas economías, y ahora, con esta decisión inverosímil se les dio la espalda.

Sin embargo la SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN tiene las capacidades necesarias para enmendar el error, ya que no se trata de un conflicto político sino del derecho a la educación y a la alimentación de los estudiantes. ¿O no es así?

También inverosímil es la decisión de la cancelación que no se sustentó en algún estudio, consulta o proceso de revisión o evaluación. No, simplemente se tomó en aras de apoyar la infraestructura educativa sin considerar los daños directos y colaterales que afectarían al estudiantado y a sus familias, pues muchas madres solteras aprovechaban el tiempo que pasaban sus hijos en la escuela para invertirlo para ganarse el sustento familiar.

¿QUÉ PASARÁ CON ESOS NIÑOS AHORA? Sobre todo cuando muchos de ellos solo comían una vez al día en los comedores de las ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO, y que además recibían por las tardes el apoyo necesario para hacer las tareas y la recuperación de aprendizajes académicos.

Definitivamente con la desaparición del PROGRAMA DE ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO se propinó un golpe más a los derechos de la infancia. Y contra eso no tienen defensa alguna los de la 4T.

Recordemos que nació en el año del 2007 como una estrategia para mejorar las condiciones del aprendizaje de las escuelas de educación pública de nivel básico, ya fueran estas escuelas de educación indígena o de multigrado, las cuales debían de ofrecer educación primaria o telesecundaria a una población en situación de vulnerabilidad o en contexto de riesgo social.

Así, en sus 15 años de operación, las ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO rindieron frutos, tan sí que fueron patentes en las pruebas ENLACE y Planea, y que fueron corroborado por las auditorías de desempeño realizadas por la Auditoría Superior de la Federación. ¿Luego entonces, que pasó?

En síntesis, este programa al igual que el de ESTANCIAS INFANTILES, proveían de un espacio seguro para desarrollar las habilidades cognitivas de los infantes, pero tal parece que pasarán a mejor vida gracias a un simple plumazo a larga distancia; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .