Por Alejandro Barañano
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, tres caballeros desembarcaron en la isla de Favigna, ubicada justo en el extremo occidental de Sicilia. Estos caballeros llevaban por apellido Osso, Mastrosso y Carcagnoso, y los tres eran prófugos de la justicia.
Ahí dieron pie a un nuevo código de conducta, a una nueva forma de hermandad, a tal grado que refinaron las reglas para formar la “honorable sociedad”.
Se sabe que Osso se hizo devoto de San Jorge y cruzó a Sicilia donde fundó la familia conocida como la Mafia. Mastrosso escogió la Madonna como su guía y navegó hacia Nápoles, fundando ahí otra familia: Camorra.
Finalmente Cargarnosso se hizo creyente del Arcángel Miguel y cruzó el estrecho que separa Sicilia de la Italia continental para llegar a Calabria, fundando la familia Ndrangheta.
Esto viene a colación porque el todavía alcalde mulegino, Felipe Prado Bautista, –ese que buscaba reelegirse a toda costa para el periodo 2021-024– pareciera que quiere formar su propia “honorable sociedad”, por lo que se está dando a la tarea de promover acciones violentando claramente la ley una y otra vez, cual símil de viejo mafioso siciliano.
Esto no es nuevo, ejemplo hay muchos, como cuando quiso ganarse la aprobación y el apoyo social del pueblo de Mulegé cerrando la carretera transpeninsular justo al inicio de la pandemia que aún vivimos, e impedir con su actuar el libre tránsito de las personas por las vías de comunicación que atraviesan lo que ahora considera su feudo.
Otro caso muy al estilo de la vieja usanza de la mafia de Osso, Mastrosso y Carcagnoso, fue cuando sin más ni más el Ayuntamiento de Mulegé otorgó diversas aprobaciones de licitaciones para obras públicas a empresas totalmente fantasmas, tal y como sucedió con el caso de la que edificó el Andador de Bahía Tortugas; o bien cuando mandó reconectar de modo clandestino la energía eléctrica a los pozos de extracción de agua por sus pantalones.
Además, ahora le ha dado por buscar “deshacerse” de quienes le incomodan o estorban, y lo digo porque de modo arbitrario y sin escrúpulo alguno se está dando a la tarea de dejar sin empleo a todo aquel que no lo apoyo abiertamente en el reciente pasado proceso electoral. Situación que aplica tanto en secretarias, choferes, burócratas de cualquier rango e incluso con miembros del Cuerpo de Bomberos, todos son “ajusticiados” por el hombre poderoso que fue vapuleado hace un par de semanas en las urnas.
Con su actuar, demuestra claramente que se le olvidó al todavía presidente municipal y a su grupo de costosos asesores que tiene, como la sociedad le dio la espalda orillada por sus muy malos resultados que ha mostrado tener como alcalde.
Y lo digo porque Felipe Pardo Bautista estuvo mandando a lo largo de su gestión mensajes que afectaban directamente a la confianza del pueblo de Mulegé, tan así que sus acciones deshonestas le llevaron a creer que era normal la cultura que ha aplicado por la corrupción y la impunidad que se ha visto inmerso.
El resultado de la jornada electoral del pasado domingo 6 de junio no fue obra de la casualidad, pues los muleginos rechazaron con su voto de modo rotundo la falsa percepción del supuesto progreso que presume Felipe Pardo Bautista, tan así que su proyecto político tan solo obtuvo 5 mil 510 votos, y con ello fue enviado a la tercera posición electoral muy por debajo de quien resultó la legitima triunfadora con 9 mil 011 votos.
Nada le costaba haber entendido al todavía alcalde de Nueva Alianza que su “honorable sociedad” que ha querido imponer no ha sido aceptada, y que además, no ha hecho bien las cosas, olvidando por ende que la violencia genera violencia, la corrupción genera corrupción, y que ese nefasto actuar fue que lo arrastró a donde ahora se encuentra; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .