BALCONEANDO / ¿QUIÉN GANÓ, QUIÉN PERDIÓ?

Por Alejandro Barañano

 

Pues nada, se tuvo un domingo de elecciones para gobernadores por demás aburrido, y aunque la jornada transcurrió sin incidentes mayores, las encuestas predijeron los resultados en las seis gubernaturas en juego y no hubo retrasos en la divulgación de los ganadores proyectados: Morena, el partido oficialista y su coalición obtendrían cuatro gubernaturas y la oposición, dos.

Pero dichas elecciones nos mostraron una democracia bastante sana. Sin embargo en sus expresiones públicas cotidianas, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR dijo que en México no hay democracia y por ello ha emprendido de nueva cuenta una cruzada para desmantelar la independencia de las autoridades electorales.

Sin embargo costará mucho trabajo seguir argumentando en contra del INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL cuando a través de una elección organizada por este organismo le dio la presidencia en el año 2018, ello más 12 de las 15 gubernaturas que estaban en juego en el 2021 y arrebatar a la oposición cuatro estados ahora el domingo pasado.

En realidad, si alguien jugó sucio en la elección de este domingo 5 de junio fueron el presidente, su gabinete y la coalición de partidos que apoyó a Morena, pues ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR hizo campaña desde sus conferencias mañaneras cuando está prohibido por la ley, su gabinete se desbocó para organizar mítines los fines de semana para apoyar a sus candidatos, funcionarios públicos de distintos niveles fueron grabados condicionando la entrega de programas sociales al voto en favor del partido en el poder y el fin de semana de los comicios hubo operadores electorales de Morena detenidos con dinero y listas electorales en las manos.

Ahora bien, los resultados del 5 de junio permiten cantar victoria a los dos grandes bloques partidistas. El oficialista —conformado por Morena y los partidos Verde y del Trabajo— puede decir que el marcador le favorece y que arrebató cuatro estados a la oposición. Además, que ya gobierna localmente a más de la mitad del padrón electoral que la gente quiere al presidente y sigue demostrándole su confianza, y que lidera la carrera por la sucesión presidencial de 2024. De eso no hay duda.

Por su parte la oposición puede decir que al inicio de la campaña electoral las encuestas le daban una desventaja de 5-1 en contra, y el oficialismo llegó a vaticinar un 6-0 y que, frente a una grosera intervención del presidente y un descarado uso de los programas sociales para ganar apoyos electorales, logró cerrar en 4-2.

Y aunque en dos estados no hubo alianza opositora completa entre los partidos REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL, ACCIÓN NACIONAL y de la REVOLCUIÓN DEMOCRÁTICA, hay una unión entre ellos, caso contrario a lo que podrá señalar el partido MOVIMIENTO CIUDADANO que no ha querido aliarse electoralmente con los otros tres y que en esta jornada fue irrelevante.

La oposición debe saber que este 4-2 no es un empate. Le alcanza para festejar que no está muerta, pero nadie podría decir que la sucesión del 2024 se ve como un volado, pues no ha podido capitalizar los desastrosos resultados de la ADMINISTRACIÓN DE LÓPEZ OBRADOR y la narrativa presidencial se sigue imponiendo a la realidad. Las heridas que los malos gobiernos del pasado dejaron en la población aún no sanan y los herederos de esas administraciones no han hecho nada para que la ciudadanía los vea arrepentidos y con propósito de enmendar los errores; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .