Por Alejandro Barañano
En las calles de la capital de BAJA CALIFORNIA SUR, y me imagino que en las de otros municipios del estado, hay varios espectaculares que anuncian en pocas palabras que Andrés Manuel López Obrador se queda, que Andrés Manuel López Obrador no está solo y que Andrés Manuel López Obrador debe gobernar hasta el 2024.
Sin embargo estos llamados para votar en la proclamada REVOCACIÓN DE MANDATO que se realizará el próximo domingo, son impulsados por el mismísimo PRESIDENTE DE MÉXICO para demostrar que es popular, querido, admirado y que debe permanecer en el puesto. No más, no menos.
Creo que muchos de nosotros nunca nos hubiéramos imaginado que un gobierno que se dice de izquierda, distorsionaría a los instrumentos ideados para empoderar a la ciudadanía y los utilizaría para consolidar el control de una sola persona. Primero, con la falsificación de consultas populares que no cumplían con los requisitos constitucionales; y después transformando un ejercicio de remoción en un ejercicio de ratificación.
En pocas palabras, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ha retorcido ese ejercicio y lo ha vaciado de su intención original, pues tanto él como varios integrantes de su partido –Morena– promovieron actos que violentan la ley votada y aprobada por ellos mismos, lo que contraviene por ende que la democracia participativa se convierta en un mero montaje de fariseos, pues la llamada REVOCACIÓN DE MANDATO que se impulsa no contribuirá a fortalecer a la democracia sino que la debilitará aún más.
Definitivamente la propaganda por la participación ciudadana en la REVOCACCIÓN DE MANDATO constituye una clara violación a la legislación electoral, y peor aún, pues en medio de una situación económica crítica como la que vivimos ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR se da el lujo de despilfarrar recursos que dice no tener para los más necesitados. Así las cosas, le duela a quien le duela.
El objetivo en realidad jamás fue proveerle a la ciudadanía la capacidad de quitar a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR de la presidencia, más bien le está dando al mandatario la capacidad de llevar a cabo objetivos simultáneos y muy alejados de la participación que tanto presume.
¿QUÉ PORQUE LO DIGO? Bueno, porque busca demostrar la aprobación hacia su persona y para que no se hable de los muchos yerros que ha tenido durante su gobierno. Porque busca también golpear al INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL con una embestida inmisericorde que incluye una propuesta de reforma electoral que acabaría con su autonomía y profesionalización, y porque además presenta a la oposición como un grupo minoritario, elitista y opuesto a la participación de los “buenos” mexicanos.
En conclusión: Bienvenida la democracia participativa pero no la truqueada para fortalecer al poder en vez de obligarlo a rendir cuentas. Bienvenida la participación ciudadana pero no la comandada desde arriba para manipular a los de abajo. Bienvenida la manifestación de los agravios populares pero para que el gobierno escuche y corrija en lugar de vanagloriarse frente a un espejo.
Y lo digo porque tal y como ha sido concebida la REVOCACIÓN DE MANDATO, votar en ella no constituye un acto de independencia crítica sino más bien un sello de sumisión ante el oriundo de Macuspana, Tabasco; equivale a algo así como encender veladoras, quemar incienso y persignarse frente al SER SUPREMO que no reconoce errores, no admite mentiras ni gobierna para el pueblo. Más bien exige que este próximo domingo el pueblo se arrodille ante él, así que VOTAR O NO VOTAR dependerá de cada uno de nosotros; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .