Por Luis Miguel Aragón
Llega el tiempo electoral y salen del umbral de los partidos políticos, personajes que están seguros que solo por ser militantes tienen derecho a exigir una candidatura. No trabajan el día a día, no participan en las reuniones, no se suman a las tareas que por obligación tienen las organizaciones políticas que reciben financiamiento público.
Son personajes que exigen derechos, pero de las obligaciones no quieren entenderse, se apegan a las leyes generales que dictan el derecho de ser candidatos tan solo por haber nacido en México, tener 21 años y estar inscrito en el Registro Federal de Electores.
Estas personas son como una piedra en el zapato para los Partidos Políticos, no suman, solo dividen. Casi nunca tienen éxito. Algunos buscan negociar espacios que les otorgue alguna remuneración, otros solo quieren fastidiar, pues es su natura. Y como no trabajan, no tienes respaldo para entrar a la competencia interna por las candidaturas, mucho menos para una contienda abierta.
Estos personajes son agitadores, buscan a sus iguales, que por lo regular pueden ser contados con una sola mano, pero aun así causan un malestar que no tumba pero si fastidia.
Esta gente es apoyada desde la oscuridad de grupos o personas que están derrotados o rezagados, y que prefieren tirar la piedra y esconder la mano.
Saboteadores hay en cada uno de los partidos políticos, pero ahorita es el Partido Acción Nacional el que trae agitadas esas aguas, y esto no solo afecta el ámbito local, también el nacional en el que esos personajes juran y perjuran que están apoyando a Xóchitl Gálvez.
La contienda para el PAN estará muy competida afuera como para tener esos distractores adentro. En fin, el PAN tendrá que lidiar con ese fuego “amigo”.
