Por Luis Miguel Aragón
A tres meses de asumir la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Charlene Ramos Hernández, empiezan a salir desde el interior de ese organismo inconformidades por la represión ejercida precisamente por la encargada de hacer cumplir los Derechos Humanos en la entidad.
En ese lapso de tiempo, cinco personas han renunciado, son varias las voces que señalan a Charlene Ramos y a su persona de confianza de nombre Abraham Manríquez, quién aparte de ser el administrador es el que controla todo al interior de la CEDH.
Otro señalamiento es la colocación de cámaras de vigilancia dentro de las oficinas, detrás de los escritorios para estar al tanto hasta de lo que escribe el personal que labora en la Comisión.
Se sabe también que ha llegado personal de otros estados, que desconocen la legislación, geografía, contexto social y división de política de Baja California Sur, información indipensable para atender a la población que se acerca al organismo en busca de ayuda.
Es poco el tiempo que ha transcurrido desde el cambio de titular que se dio en la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Recordemos que el relevo del obmudsman se dio por problemas muy serios, principalmente de hostigamiento sexual.
Veremos que pasa, pero lo que si debe imperar en ese organismo, son los Derechos Humanos.
