Por Alejandro Barañano
Soy un convencido que uno de los grandes éxitos de la comunicación de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR es su capacidad para polarizar, y por eso tiende a impedir las miradas serenas y equilibradas y en contraste, propicia reacciones de admiración y amor, o bien de aborrecimiento y odio.
¿Qué porque digo que se trata de un gran éxito de su comunicación? Bueno, por el simple hecho de que ha logrado entender que había una gran parte de la población que estaba insatisfecha con los gobiernos anteriores y logró ponerla de su lado. Así de sencillo.
Se diga lo que se diga ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ha logrado que mucha gente de diversos estratos percibiera la posibilidad de cambiar ese estado de cosas respaldándolo a él, y su elección no fue simplemente la expresión de una preferencia por un candidato respecto a otros, sino a la búsqueda de una ruptura con el pasado inmediato y con una clase política odiada por la mayoría.
Sin embargo el DISCURSO Y COMUNICACIÓN del presidente a lo largo de la primera mitad de su gobierno logró mantener un nivel de respaldo mayoritario entre la población pese a que los resultados de su gestión son desastrosos en muchos indicadores. Por ejemplo, el más obvio es la caída de la economía, que aún con un crecimiento de 6 por ciento este año estará 3 por ciento por abajo del nivel de 2018.
También por la cantidad de homicidios dolosos como expresión de la inseguridad y ha rebasado ya con mucho a la de sexenios anteriores, pues apenas a la mitad del sexenio se tienen registrados más de 100 mil. Además los datos del CONSEJO NACIONAL DE EVALUACIÓN DE LA POLÍTICA DE DESARROLLO SOCIAL indican un crecimiento significativo de la pobreza. Y qué decir de las 350 mil muertes desde el comienzo de la pandemia que revelan un saldo terrible y muy doloroso para la gestión ante esta crisis sanitaria.
Lo curioso de todo ello es que hay muchos que todavía no entienden cómo es posible que, pese a esos resultados, alrededor del 60 por ciento de la población respalde al oriundo de Tabasco, pues según lo revelan la mayoría de las encuestas, son muchos los que lo apoyan y no le exigen cuentas y por ello lo siguen viendo como la expresión de una ESPERANZA DE CAMBIO.
Otro tema preocupante es su RETÓRICA POLARIZANTE que hace que una gran parte de la sociedad no solo lo critique, sino que lo odie, lo insulte y lo aborrezca, pero consiguiendo que quienes lo respaldan lo hagan todavía con una mayor devoción.
Es cierto que, de acuerdo con los resultados electorales de este año, perdió parte del apoyo que tuvo en 2018, sobre todo de las clases medias. Pero la pérdida no fue suficiente para perder la mayoría.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR no solo genera polarización, sino que impide el surgimiento de otras narrativas que a muchos de sus críticos les es tan indispensable como a sus apologistas. Los discursos de ambas partes giran en torno a lo que dice y hace, o sea es ese viejo recurso de las estrellas de cine o de la televisión que buscan que se hable de ellos, no importa si bien o mal, el asunto es estar es boca de todos.
Muchos lo quieren negar o peor aún, no lo quieren ver, pero mientras la oposición no sea capaz de contar una historia diferente, que no sea reactiva a la que cuenta el presidente, sino que tenga un argumento propio, el respaldo a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR continuará y Morena por ende tendrá vía libre para retener la PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA y la mayoría de las Cámaras en las elecciones del 2024.
Así, paradójicamente, las críticas tal y como se expresan la mayoría de los que se dicen sus opositores refuerzan la posición presidencial, pues en el extremo hay quienes piensan que todos los que apoyan a AMLO son manipulados, comprados y ambiciosos –y póngale usted una larga lista adicional de calificativos- pero los aludidos al saberse tratados de ese modo, simplemente reafirman su vocación de respaldar a LÓPEZ OBRADOR.
Aunque les duela a muchos, hasta ahora no hay fuerzas políticas o personajes suficientemente influyentes que tengan un discurso en el que transmitan entendimiento del por qué hay respaldo a AMLO y que ofrezcan una opción real a quienes hoy se identifican con el presidente, y mientras eso no ocurra, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y los posibles sucesores que él defina -por la vía de las encuestas hechas a modo como siempre ha sucedido- tendrán el campo abierto para que el gobierno de la CUARTA TRANSFORMACIÓN dure todavía algunos años más, aunque diga más de uno que lo dijo un atolondrado; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
