BALCONEANDO / ¡GUSTOS CAROS!

Por Alejandro Barañano

Imagen cortesía de MetrópoliMX

 

Platicando con alguien que conoce a la perfección los temas de auditorías y contabilidades, me cuestionó si la empresa contratada por el CONGRESO DEL ESTADO para indagar sobre las pillerías que se dice cometió la pasada Legislatura es la idónea, pues no se sabe de dónde vienen, si tiene la experiencia necesaria para ello, si está debidamente capacitada y más aún, si cumple con la toda la normativa impuesta para tal trabajo.

Debo de reconocer que no pude dar respuestas a lo anterior, pero en lo personal considero que no deben de ser muy duchos los auditores apalabrados para detectar que en realidad los DIPUTADOS DE LA PASADA LEGISLATURA no sólo facturaron a mansalva gasolina y se entregaron a sí mismos bonos millonarios, sino que también se pagaron sus gustitos y muchos antojos degustados en forma de desayunos, comidas y cenas.

Ahora bien, las gentes de la EMPRESA BHR MÉXICO deberán de revisar y aclarar –por ejemplo– una factura que existe marcada con un monto de 23 mil 780 pesos, misma que el entonces diputado RIGOBERTO MURILLO AGUILAR, y quien además era el presidente de la Comisión de Cuenta y Administración, presentó bajo el concepto de “alimentos y bebidas con motivo de la reunión estatal para conocer los avances de la Ley de Movilidad”.

Pero no obstante esto, el mismo día, según consta y obra en documentos, contradictoriamente el mismo RIGOBERTO MURILLO AGUILAR envió un oficio a la entonces titular de Finanzas del Congreso del Estado, MARÍA FRANCISCA COVARRUBIAS SÁNCHEZ, pidiéndole le reembolsara la cantidad antes mencionada, pero ahora bajo el concepto de “Festejo a los asesores de este Poder Legislativo”. ¡QUIHÚBOLE!

Esos mismos auditores que recién fueron contratados tendrán también que echarle un vistazo a la lista de restaurantes favoritos que frecuentaban los hoy mal recordados y aborrecidos diputados de la pasada Legislatura, tal y como es el caso del Restaurante Samael, donde se llegó a facturar hasta 5 mil 982 pesos por consumo de alimentos y bebidas en reuniones de trabajo de la fracción de Morena y de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, esto en vez de usar la sala de Juntas del Congreso local.

Otros sitios a los que iban los “distinguidos parlamentarios” era Los Magueyes, el Jiru Suchi, La Católica, Palacio Marino, El Molino del Quijote, La Brava y el Olivia Restaurant, donde se podrán encontrar pagos de más de 4 mil por sentada.

También existen otros documentos fiscales –entiéndase facturas– por comilonas en donde se le agregó el concepto de “ACUERDO PRENSA” o “DESAYUNO PRENSA”, y donde los supuestos comunicadores que acompañaron a los diputados facturaron hasta 3 mil 681 pesos por los alimentos que se atascaron.

Y ni que decir de la lista de los antojitos, pues no podrían faltar las golosinas, tan así que se llegaron a facturar mil 994 pesos en “PASTELES Y FLANES” tanto de la empresa Suspiros Pastelerías como del City Club, “caprichitos” que se dieron para festejar los cumpleaños a los unos y a los otros.

Curiosamente el CONGRESO DEL ESTADO entregó estas y otras facturas más tras perder un juicio ante el INSTITUTO DE TRANSPARENCIA, ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA y PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES, derivado de la solicitud 355919, la cual fue presentada a través de la PLATAFORMA NACIONAL DE TRANSPARENCIA, y aunque se solicitaron los documentos de todo el ejercicio legislativo que inicio en septiembre del año 2018, únicamente fueron enviados para su análisis los correspondientes a un par de meses.

Así que si en realidad quieren encontrar los auditores contratados lo que muchos ya sabemos, no le hagan al melolengo y actúen en consecuencia, pues sino quedará claro que los actuales son idénticamente iguales a los pasados; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO.