BALCONEANDO / LO BUENO, LO MALO Y LO FEO

Por Alejandro Barañano

 

LO BUENO. . .

El pasado martes se celebró el Día Internacional de la Mujer, donde se puso de manifiesto nuevamente la participación y el empoderamiento femenino en todos los ámbitos de la sociedad, y donde se supone que también se realizó la conmemoración para reivindicar sus derechos y visibilizar sus causas.

Como cada año, la fuerza que consigue el movimiento de las mujeres traspasa fronteras, diferencias culturales, económicas, ideológicas y de cualquier otro tipo, pues demostrado queda que las féminas unidas tienen el poder de cambiar al mundo y de lograr la igualdad en toda la sociedad. De eso no existe la menor duda.

Pero también no debemos olvidar la razón del mismo, pues vivimos en un país lleno de muchos matices que se ven multiplicados si se nace mujer. Por ello, todos deberíamos ser empáticos para con las mujeres, porque eso es lo que hace que su movimiento tenga mayor fuerza, sobre todo respetando sus opiniones y caminando por el bien común.

LO MALO. . .

Por desgracia la marcha de las mujeres fue aprovechada por algunas –minoría por cierto– que se dedicaron simplemente que las protestas se convirtieran en violencia.

Luego entonces uno se pregunta: ¿Dónde quedan sus propuestas específicas? ¿Debemos esperar a que el gobierno les brinde solución a algo que no siente, que no vive y que no parece no le interesa? Son solo interrogantes, a ver quién les da respuesta.

Y lo digo porque el movimiento femenino no debe ser utilizado políticamente por nadie. Absolutamente por nadie.

LO FEO. . .

Ahora bien, todos pudimos darnos cuenta cómo un puñado de mujeres convirtió la marcha feminista en otra cosa. Rayaduras en las paredes, insultos y agresiones, y todo –su gran mayoría– fue documentado por diversos medios de comunicación.

Y es que no se trata de pintarrajear monumentos, ni de maltratar los edificios o de romper los cristales de ellos, pues ese no es un camino inteligente e incluso se convierte en peligroso simplemente al utilizar un argumento simplista sin revés ni derecho, pues lo peor del caso es que la violencia conduce también a un discurso de odio, y este sólo lleva a la división y a más violencia.

La maldad existe y no distingue géneros. Un hombre no es un villano sólo porque usa pantalones, ni una mujer es un objeto sexual sólo por que usa falda. ¡QUE QUEDE CLARO!

Además con situaciones como las desarrolladas el pasado martes por algunas mujeres deja afectaciones en inocentes; afectados por la destrucción de todo lo que encontraron a su paso, o sea que solo aprovecharon una organización de mujeres para destrozar y lastimar la imagen de la mujer misma, pues con ese sentimiento negativo se cambia totalmente la intención de su movimiento.

Dijo alguna vez CAMILLE PLAGIA, pionera del movimiento feminista en los años 60: “Los hombres se han sacrificado y lisiado a sí mismos física y emocionalmente para alimentar, alojar y proteger a las mujeres y niños. Ninguno de sus sufrimientos y logros es registrado en la retórica feminista que retrata a los hombres como explotadores, opresivos e insensibles”. Así que no confundamos la gimnasia como la magnesia ya que solo así seremos mucho mejor todos como sociedad; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .