Por Salvador Castro Iglesias
De un tiempo para acá no dejo de sorprenderme de muchas cosas que escucho todos los días.
Gente hablando, diciendo, mascullando, gritando y asegurando cosas que al parecer no tienen fundamento, pero que por obra y gracia de las redes sociales y la bendita libertad de expresión se les otorga ese permiso.
Personas que opinan como si conocieran de primera mano temas que en verdad son complejos y que cuestionan como si fueran unos expertos en la materia a criticar o tratar.
Lejos va quedando el análisis, la investigación, el conocimiento real de las cosas, la cuestión es opinar y criticar, así de sencillo.
Que si el Gobernador tomará acciones contundentes para disminuir el gasto en su administración, que si el Profe Leggs de Los Cabos hizo o no hizo X cosa, que si la elección de la Magistrada estuvo bien o mal, mil cosas en las que a veces se requiere prudencia antes de hablar y sobre todo, conocimiento de las cosas.
En estos tiempos de inmediatez, pareciera que hay un concurso para ver quién opina más que otros, quien dice más cosas, quién es el nuevo gurú de la información. Cosas que pocas veces son pensadas antes de abrir la boca.
Alguien dijo una vez que antes de abrir la boca, se requiere conectar el estómago, el corazón y el cerebro antes de hacerlo, así podríamos opinar y decir lo que pensamos de una mejor manera, dejando de lado las emociones.
Es genial en verdad que en este país todavía se respete el derecho a opinar y a ejercer la libertad de expresión, pero creo que eso no otorga el derecho a decir tonterías solo por querer figurar o tener más raiting.
En lo personal prefiero el viejo método de primero preguntar, escuchar, investigar y asimilar alguna duda, muchas veces he metido la pata por andar soltando a diestra y siniestra preguntas o afirmaciones que no resultaron válidas, así que hoy prefiero volver al método antes descrito.
Para entender algo se requieren 5 pequeños pasos que por lo general resuelven las dudas y que hoy en día siguen funcionando cuando se aplican.
¿Qué?. ¿Cómo?, ¿Cuándo, ¿Dónde? ¿porqué?. Fácil no.
Amén de lo anterior se debe retomar algo llamado respeto, respeto a las personas, a las investiduras y respeto a nosotros mismos.
Ya no entro en discusiones inútiles, ni participo en charlas que a nada conducen, será cosa de la edad, pero vivo en paz y en franca armonía con los demás.
El tiempo va enseñando que todo aquello que se dice para bien o para mal se devuelve, a veces acrecentado.
¿Tengo duda de algo?, pregunto, procurando siempre hacerlo de una forma correcta, sin faltar el respeto a nadie y no formular hipótesis basadas en solo mi percepción de las cosas.
Aplicar el método de las 5 preguntas en verdad que vale la pena, nos quita muchas dudas, nos ayuda a tomar decisiones, nos enseña.
Contamos con el privilegio de tener un idioma muy extenso llamado Español, que nos permite expresarnos ampliamente, pero que por desgracia se va perdiendo en los modismos, en la inmediatez de decir las cosas sin pensarlas y eso definitivamente nos ayuda.
Que si el Presidente Municipal de Los Cabos la trae contra los Periodistas, habría que analizarlo mucho más allá de los dichos, analizarlo en los hechos contundentes y con pruebas en la mano.
Que si el Diputado Local Agúndez usó la tribuna del Congreso del Estado par tupirle lindo y bonito a Oscar Leggs, también habría que analizar cuales fueron los motivos reales para ello. Las monedas siempre tienen dos caras y la verdad muchas aristas y ello requerirá investigar mucho a fondo.
Cuando digo que prudencia obliga, es precisamente porque al hacerlo dejamos de emitir juicios que muchas veces resultan falsos y dañamos a las personas solo porque alguien me dijo que le dijeron.
Desde mi personal punto de vista creo que se hace necesario pensar antes de hablar, preguntar para conocer o aprender, si solo hablamos corremos el riesgo de decir cosas que no siempre resultarán ciertas y podemos lastimar o dañar a otras personas.
Leer siempre será de gran ayuda, escuchar varios y diversos puntos de vista también, tomando en cuenta que cada quién tendrá diferentes argumentos basados en su experiencia y que entre más sepamos sobre algo, es como tal vez podamos expresar algún juicio u opinión.
Al final serán los hechos los que demuestren la verdad de las cosas, el tiempo que siempre avanza inexorable jamás se equivoca y pone todas las cosas en su lugar y en su justa proporción.
Sin lugar a dudas y como comenté antes, la libertad de expresión no solo es un derecho de los seres humanos, también conlleva una gran responsabilidad, cuestionar las cosas siempre será deseable, pero con respeto a las personas y a sus ideas.
Prudencia obliga, sin lugar a dudas, en nuestro actuar y en el decir, pensar bien antes de hablar, porque las palabras bien o mal dichas jamás se olvidan, porque hacerlo es de personas civilizadas y pensantes.
No permitamos jamás que el odio o el rencor nos haga decir cosas de las que luego no podamos arrepentirnos y que queden indelebles en la memoria de aquellos a quienes las proferimos.
Todos quienes escribimos o hacemos periodismo tenemos un gran compromiso con quienes nos leen, ellos creen por lo general lo que publicamos, así que hacerlo con responsabilidad nos da credibilidad y respeto y esa siempre será la mejor carta de recomendación que podamos presentar a la sociedad, a los Gobiernos y a quienes nos leen, nos ven o nos escuchan.
Tal vez estemos o no de acuerdo con algún tema o alguna acción, válido será cuestionarla pero insisto, siempre dentro del marco del respeto.
Nos leemos más adelante …