Por Salvador Castro Iglesias
En Baja California Sur, México, es bien sabido y sufrido el eterno problema por el abasto de agua en los hogares, los poblados y las rancherías. Tiempo de seca dicen aquellos que son oriundos de este descarnado brazo de la patria, en la que el agua potable nos llega a través de pozo profundos perforados en las áridas regiones con costos elevados y no siempre con resultados favorables.
Así que tener agua potable es ya casi un lujo, un lujo que no a todos se nos otorga debido a la escases que cada año, al comienzo de los veranos hirvientes, las altísimas temperaturas y lo que resulte, nos hace elevar los consumos de ese preciado líquido que al parecer cada año es mucho más escaso.
Mayor población, nuevos fraccionamientos, hoteles y demás hacen que el agua se vaya poco a poco agotando y amén de que el Dios Tláloc nos recete unas buenas llovidas o algún malicioso huracán se acerque a BCS los mantos acuíferos se agotan, se extinguen y a sudar ahora sí la gota gorda.
Recuerdo a Don Alberto Alvarado Arámburo que durante su sexenio estuvo dale que dale con el llamado Plan Hidráulico Estatal, que consistió en construir presas, represos y controles (gaviones) para retener el agua de las lluvias (cuando hubiera) y así recargar los mantos acuíferos del Estado.
Después llegó Marcos Covarrubias Villaseñor y se puso a construir más represas tratando de garantizar mas agua para los Sudcalifornianos.
Sin embargo pareciera que estos loables esfuerzos no han dado muchos frutos, pocas lluvias y huracanes que no terminan de llegar amén la gran cantidad de gente que sigue llegando a vivir en estas tierras, han creado un grave problema que de algún modo se tiene que revertir.
Pero además de todo lo anterior, vemos que esta semana que terminó, los camiones repartidores de agua (piperos) van y se ponen en huelga en OOMSAPAS exigiendo se les siga permitiendo extraer agua para su venta, a lo que Juan Carlos Graciano Titular del agua potable se ha negado aduciendo que desde el momento en que se dejó de surtirles agua ha aumentado la presión y el suministro del vital líquido en la tuberías de agua potable pudiendo así surtir a muchas familias de esta Ciudad de La Paz.
Urge en verdad que se regularice el abasto de agua potable, que se determine quién, cuando y como se autorizó el llamado “huachicoleo” de agua por parte de los piperos que además amenazaron con bloquear avenidas de esta ciudad hasta que se les autorice de nuevo volver a aprovisionarse de agua para repartir (no gratis aclaro) a la población.
Problemas como este y el de los taxistas VS Uber, se heredaron de administraciones anteriores y hoy día les explota en la cara a los Gobernantes que la mera verdad no hayan la salida ni como darle solución a este problema.
La nueva administración que encabezará el Profe. Víctor Castro Cosío en la gubernatura y Milena Quiroga en la Presidencia Municipal de La Paz, deberán tomar el toro por los cuernos y buscar soluciones a corto, mediano y largo plazo que beneficien a los Sudcalifornianos.
¿Retomar el Plan Hidráulico Estatal? ¿Por qué no?, en un Estado en el que el problema del agua se agudiza día con día, no hacerlo pudiera generar graves problemas, el nuevo Gobierno entrante tendrá que buscar alternativas, tal vez la creación de plantas potabilizadoras y desaladoras de agua de mar, mejores maneras para la captación de aguas de lluvias, revisión a fondo de la situación de las redes de agua potable y su rehabilitación pertinente, esta última que urge debido a su antigüedad y que a la fecha permite se desperdicie una gran cantidad del vital líquido por fugas en dichas redes.
Alguien dijo una vez que el asunto de la red de agua potable no es conveniente políticamente porque no se ve al estar enterrada, pero la mera verdad si se siente cada verano en que hay más aire que agua en las tuberías y eso a los Ciudadanos no nos agrada en lo más mínimo.
Los Ayuntamientos tienen la obligación de dar servicios a sus Ciudadanos, la limpieza, la recolección de basura, el servicio de agua potable eficiente y la seguridad son labores inherentes a su cargo y responsabilidad y a ello deberán los nuevos funcionarios que tomarán protesta en los primeros días de Septiembre abocarse a la solución de ellos.
El trabajo que desempeñen o no estará bajo el escrutinio de todos, los recursos que se asignen a estas labores tendrán que ser manejados con transparencia y auditados para así poder hacer frente a las sentidas demandas de una población que pide sean honestos en sus encomiendas y solucionen en la medida de lo posible las carencias que al día de hoy causan molestias e irritación en la sociedad.
Ya no habrá discursos ni promesas que valgan, los hechos son los que deberán confirmar que ese cambio prometido ha valido la pena y que darán lo mejor de sí para solucionarlos.
Nos leemos más adelante …