“DEBEN ESCUCHAR A LOS PADRES”: RIGOBERTO MARES

  • Algunas escuelas aún sufren por falta de agua y luz, por lo que no están en condiciones para el regreso seguro.

Redacción

 

Ante el inminente regreso a clases que plantean las autoridades educativas el diputado Rigoberto Mares Aguilar, presidente de la Comisión de Niñas, Niños y Adolescentes del Congreso del Estado, ha insistido en que se debe privilegiar el cuidado de la salud de los infantes.

Se debe privilegiar las acciones de prevención, y generar las condiciones óptimas en los centros educativos, para cuidar la salud de las niñas, niños y adolescentes que de manera inminente deben regresar a clases, pero siempre bajo condiciones de seguridad”, señaló.

De los informes que han dado las autoridades educativas se desprende que en varios centros educativos carecen de abasto de agua de manera regular, por lo que no pueden asegurar las medidas de higiene que se deben de tener para privilegiar la salud de los infantes.

Hemos recibido peticiones de padres de familia, que nos dicen que no quieren mandar a sus hijos a clases mientras no se garanticen las condiciones óptimas para asegurar la salud de los niños y niñas, de los propios maestros y por consiguiente de los miembros de sus familias, quienes siguen teniendo temor ante los índices de contagios y defunciones”, informó Mares Aguilar.

Además urgió a que la autoridad sanitaria, para que realice las gestiones necesaria para la vacunación de mayores de 12 años, una vez que la COFEPRIS ha autorizado la ampliación de la vacuna Pfizer en adolescentes, «se debe definir la logística y las compras del reactivo necesarias para seguir inoculando a cada vez más sectores de la población incluyendo a adolescentes y jóvenes», señaló.

El diputado local hizo un llamado finalmente a la Secretaría de Educación para que se valore el regreso clases presenciales de manera paulatina y se le dé la opción a los padres de familia de decidir si envían a su hijo a clases presenciales o continúan de manera provisional en la modalidad de educación a distancia, en la que la gran mayoría de los padres de familia confían, mientras que el Estado asegura la infraestructura necesaria y las condiciones óptimas para el menor riesgo posible de contagio para los niños y niñas.